Colecta 2014 - Testimonios

Detrás de los rostros de cada campaña se esconden historias de vida de personas y familias que, con su trabajo y perseverancia, se esfuerzan cotidianamente por superar las dificultades. Conozcé las historias de los protagonistas de la Colecta 2014

. María Cristina Mirá el video

María Cristina Artaza tiene 31 años y 3 hijos. Asiste junto a sus hijos al Comedor de la Virgencita de Barrio Parque, San Francisco, Córdoba. Sus hijos reciben apoyo escolar y ella forma parte del Plan de Inclusión Educativa Emaús, donde está terminando la escuela secundaria. “Sin estudio no sos nadie y quiero terminarlo para tener un buen trabajo y darles otro futuro a mis hijos.”, comenta María. “Yo sé que los hijos siguen las huellas de los padres y quiero que mis hijos las sigan. Es esfuerzo que hacemos hoy y mañana se verán los resultados”, añade. Tanto ella como sus hijos reciben una beca que los ayuda a pagar sus estudios y los materiales de la escuela. Cáritas la acogió junto a su familia y le brindó un espacio de contención y apoyo. “Me siento discriminada, más que pobre soy discriminada. Siempre se discrimina al barrio Parque y es muy nombrado en todas partes. Los hijos también son discriminados y ellos también sufren. Es más fácil juzgar que ayudar”, exclama. Para ella la discriminación es una nueva forma de pobreza que excluye a su barrio del resto de la sociedad. María asegura que el centro comunitario La Virgencita es un lugar donde los chicos se divierten, aprenden y realizan actividades. Entre las actividades está el equipo de Hockey, un proyecto que nació en el comedor y hoy en día cuenta con más de 70 nenas que juegan y entrenan. “Lo bueno es que a los chicos los saca de la calle. Conozco muchos chicos que están pasando por momentos difíciles y esto los saca de la calle. Se aprende mucho, no sólo los niños sino también los adultos”, explica María. “Todos los días mis hijos se duermen pensando en las actividades que hay en Cáritas porque acá reciben amor y no hay discriminación”, agrega. Para María lo más importante es compartir y por eso, junto a las demás mamás que asisten al comedor, ayuda con la limpieza del comedor, la cocina y sirve la merienda de los chicos. “Para mi vida Cáritas es una bendición y ayuda”, concluye María.

 
 
 

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